Oh, Virgen Inmaculada de Guadalupe,
Madre de nuestro Dios y Señor Jesucristo,
elegida por el Altísimo para ser la Madre de su Hijo eterno,
nosotros te suplicamos que derrames
tu compasión sobre nosotros, tus hijos necesitados.
Escucha con misericordia nuestras súplicas
y, si es tu voluntad, concédenos las gracias y favores que te pedimos,
con humildad y confianza.
(Aquí se hace la petición específica de cada persona)
Te suplicamos también que nos concedas la gracia
de amar y servir a tu Hijo Jesucristo con todo nuestro corazón,
y de difundir su amor y su paz por todo el mundo.
Oh, Virgen Santa de Guadalupe,
te pedimos que nos protejas
y nos guíes siempre en el camino de la fe, la esperanza y el amor,
para que podamos alcanzar la vida eterna junto a tu Hijo amado.
Amén.
La inmensa devoción a la Virgen de Guadalupe
La devoción a la Virgen de Guadalupe es muy arraigada en la cultura y en la religiosidad popular de México y de otros países de habla hispana.
La imagen de la Virgen de Guadalupe es muy venerada y se considera un símbolo de unidad, esperanza y fe para los fieles católicos.
Según la tradición, en 1531, la Virgen María se apareció a Juan Diego en el cerro del Tepeyac, cerca de la Ciudad de México. La Virgen le pidió a Juan Diego que construyera una iglesia en su honor en ese lugar, y le dejó una imagen de sí misma impresa en su tilma (un manto de tela), como prueba de su aparición. La imagen de la Virgen de Guadalupe y su imagen impresa en la tilma es considerada un milagro por los fieles.
Desde entonces, la devoción a la Virgen de Guadalupe se ha extendido por todo México y por otros países de habla hispana, y se celebra su fiesta el 12 de diciembre de cada año. Miles de personas visitan la Basílica de Guadalupe en Ciudad de México, donde se encuentra la tilma original de Juan Diego con la imagen de la Virgen de Guadalupe, para venerarla y hacer sus peticiones.
La devoción a la Virgen de Guadalupe se ha convertido en una manifestación importante de la religiosidad popular en México y otros países, y es una muestra de la profunda fe y devoción que tienen los fieles católicos hacia la Madre de Dios.