Una de las oraciones más comunes para los enfermos en la tradición cristiana católica es la siguiente:
Oh Señor, dueño de la vida y de la muerte,
en tus manos están nuestros hermanos enfermos,
cuyos sufrimientos quisiéramos aliviar.
Concédeles fuerza y esperanza para sobrellevar
este momento difícil y haz que sientan tu amor
a través de nuestros cuidados y atención.
Te pedimos por su pronta recuperación,
si es tu voluntad, para que puedan volver a la vida cotidiana
y agradecer tu bondad y misericordia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Esta oración se puede utilizar tanto en momentos de enfermedad como en los sacramentos de la unción de los enfermos y la comunión para los enfermos. También se pueden utilizar otras oraciones específicas dependiendo de la situación y la tradición local.
