La oración del Alma de Cristo es una breve plegaria que se atribuye a San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús. Esta es su versión completa:
Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a ti,
Para que con tus santos te alabe,
Por los siglos de los siglos. Amén.
Esta oración se utiliza para pedir la ayuda y protección de Jesucristo en momentos de dificultad y para expresar el deseo de estar cerca de Él. Muchas personas la recitan después de comulgar en la misa o en momentos de meditación y reflexión espiritual.